“En todo el mundo, los empleados, los gobiernos y las empresas están tratando de averiguar si la oficina es obsoleta y están llegando a conclusiones radicalmente diferentes. Antes de la pandemia, solo el 3% de los estadounidenses trabajaba desde casa con regularidad; ahora lo hacen un gran número. ¿Cuánto de este cambio se mantendrá cuando llegue una vacuna? La imagen emergente es la de una oficina opcional, a la que la gente asiste, pero con menos frecuencia”, cita The Economist en una reflexión inicial que hace sobre el impacto que ha tenido la pandemia en las oficinas y la vida laboral.
El Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Colombia (MinTic) hizo un estudio en 2018 que reveló que para el momento había 122,278 teletrabajadores en el país. Para este 2020, según las estimaciones de la Federación de Aseguradores Colombianas (Fasecolda), respaldada por la cartera de las TIC, el número de personas que trabajan desde sus casas estaría entre dos y tres millones.
The Economist habla de que las nuevas modalidades de trabajo tendrán “enormes costos económicos, desde el colapso de los cafés del centro de la ciudad hasta el déficit presupuestario de $16 mil millones que enfrenta el sistema del metro de Nueva York. Aun así, en lugar de hacer retroceder el reloj, los gobiernos y las empresas deben adaptarse”, sentencia.
En Colombia las implicaciones se vislumbran, de manera dominante, en las adinámicas individuales. Una encuesta hecha en el país por la Escuela Nacional Sindical (ENS), en junio de este año, que tuvo como objetivo analizar los impactos de las medidas de trabajo en casa reglamentadas por el Ministerio de Trabajo, a partir de la Circular 041 de 2020 , arrojó que:
“El 75% de los encuestados respondieron que mantenían una relación positiva entre lo laboral y lo familiar antes de la declaración de la emergencia sanitaria, pero, a partir del confinamiento, para el 66% de los teletrabajadores aumentaron las responsabilidades laborales. Solo el 10% manifestó que habían disminuido. De hecho, el 62% declara que aumentó el número de reuniones con sus grupos de trabajo, así como la duración de estas”.
Escuela Nacional Sindical (ENS)
Por otro lado, un estudio hecho por la Federación Colombiana de Gestión Humana (ACRIP) reveló que las organizaciones han detectado altos índices de estrés y ansiedad en sus colaboradores que practican trabajo remoto, y el 68,3% de las empresas implementan acciones de apoyo psicológico para ello, mientras que el 31,7% aún no han establecido ningún programa de apoyo o actividad para atender esta situación. Un 53,4% de las empresas afirma que sus trabajadores, bajo el sistema de trabajo remoto, laboran más horas de las normales, mientras que el 11,8% de las organizaciones no sabe si el tiempo ha incrementado o disminuido.
Mónica García Espinel, directora ejecutiva de ACRIP, le explicó a Portafolio, que “ésta será una oportunidad única para que las empresas replanteen sus estrategias, que reconozcan la importancia y las ventajas de implementar la transformación digital y la adecuación de los nuevos modelos de trabajo digital, siendo el área de recursos humanos el eje principal para liderar estos procesos de cambio”.
Aún en Colombia queda mucho por avanzar en este sentido. Por ahora, según la Ley 1221 de 2008 (Decreto reglamentario 0884 de 2012) el Teletrabajo es una forma de organización laboral que consiste en el desempeño de actividades remuneraras o prestación de servicios a terceros, utilizando como soporte las tecnologías de información y comunicación para el contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse la presencia física del trabajador en sitio específico de trabajo.
Esta misma normativa establece tres modalidades de teletrabajo o tipo de teletrabajador, que responden a los espacios de ejecución del trabajo, las tareas a ejecutar y el perfil del trabajador:
Teletrabajo autónomo: con trabajadores independientes o empleados que se valen de las TIC para el desarrollo de sus tareas, ejecutándolas desde cualquier lugar elegido por él.
Teletrabajo suplementario: con trabajadores con contrato laboral que alternan sus tareas en distintos días de la semana entre la empresa y un lugar fuera de ella, usando las TIC para dar cumplimiento. Se entiende que teletrabajan al menos dos días a la semana.
Teletrabajo móvil: con trabajadores que utilizan dispositivos móviles para ejecutar sus tareas. Su actividad laboral les permite ausentarse con frecuencia de la oficia. No tienen un lugar definido para ejecutar sus labores.
Dadas las necesidades actuales, y de cara a las exigencias del futuro cercano, el mismo Ministerio del Trabajo ha propuesto la discusión de una nueva ley que regule la modalidad de trabajo en casa y, por ende, los temas de seguridad social de los trabajadores de plataformas tecnológicas.