La incredulidad puede convertirse, y así ha sido, en el peor enemigo para la salud de las personas en el contexto sanitario planteado por la COVID-19. En la actualidad, lo mejor es considerar que cualquier sugestión de resfriado común o gripa puede ser producto de infección por SARS-CoV-2. Manejar síntomas iniciales sin mayor cuidado podría resultar en complicaciones y una cadena de contagios larga y desafortunada. La sintomatología del nuevo coronavirus es amplia, varía según cada persona, pero existen algunos síntomas que diferencian a esta enfermedad de sus familiares más comunes y menos peligrosos.
«Mi primer día de síntomas comenzó junto con el malestar de mi esposo. Él con tos y yo con escalofríos. Lo primero que pensamos fue en una gripa. Al otro día, él con fiebre y yo sin fiebre. Ninguno estornudaba ni manifestaba la congestión típica de un resfriado común. De inmediato, nos hicimos las pruebas para comprobar o descartar COVID-19 y acudimos a expertos médicos para que, mientras nos entregaban los resultados (3 o 4 días, aproximadamente), nos indicaran un tratamiento. Sospecha de COVID-19 aseguraron los galenos y el tratamiento se hizo en función de ese diagnóstico. El día que nos empezamos a sentir mejor, nos llegaron los resultados: estábamos positivos. Nunca vacilamos en negar que podría tratarse de la temida enfermedad. Pensar lo peor en estos casos para nosotros era fundamental. No queríamos subestimar los síntomas y luego ser víctimas de nuestra incredulidad».
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Si bien los síntomas del nuevo coronavirus son variados y hasta impredecibles, hay una gama de manifestaciones que son propias de la nueva enfermedad. Siempre, lo ideal ante una sospecha o caso positivo cercano es practicarse la prueba, la no manifestación de síntomas también es muy común con el virus. A diferencia de un resfriado común, los dolores musculares generados por la COVID-19 resultan mucho más intensos.
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Estos son los síntomas más comunes y propios de la COVID-19:
- Tos constante y seca.
- Fiebre, incluso cuadro febril que no alcanza los 38 grados.
- Cansancio extremo y malestar general, que se caracteriza por dolores musculares muy fuertes.
- Disnea o dificultad para respirar, puede estar acompañada por palpitaciones, opresión en el pecho y respiración rápida.
- Problemas estomacales o diarrea.
- Dolor de garganta.
- Conjuntivitis.
- Dolor de cabeza, que puede llegar a ser extremo.
- Pérdida del sentido del olfato o del gusto. Este síntoma suele aparecer luego de varios días de síntomas anteriores y es determinante para un diagnóstico positivo de COVID-19.
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La situación de Colombia en cuanto al número de casos de contagio y muertes es preocupante. Las autoridades insisten en que la mitigación de la curva actual depende de todos.
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Carlos Arturo Álvarez, asesor de Colombia para la Organización Panamericana de la Salud insiste en que estas tres medidas son determinantes para la evolución del tercer pico epidemiológico:
1) Establecimiento de medidas por las autoridades.
2) Acciones comunitarias para favorecer la observancia a los protocolos de bioseguridad.
3) Corresponsabilidad individual con el autocuidado y la vacunación.
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La responsabilidad comienza desde la no subestimación de síntomas, el aislamiento durante la confirmación del diagnóstico, e incluso ante la no aparición de síntomas, es decir, si una persona estuvo en contacto con algún positivo y está asintomática, lo responsable es que resuelva su diagnóstico a través de una prueba confirmatoria.
Así está Colombia
El ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruíz Gómez, ayer informó que en este momento más de 10 ciudades del país tienen las Unidades de Cuidados Intensivos por encima del 90 % de ocupación. Bogotá tiene un 98 % de ocupación en UCI, lo que complica aún más la posibilidad de atención inmediata a pacientes críticos.
«La disponibilidad se encuentra realmente al límite y queremos pedirles a todos los colombianos que nos ayuden. Dentro del sector salud el recurso humano, médicos, enfermeros y demás profesionales, ya manifiestan cansancio. De manera que hacemos un llamado vehemente a la solidaridad de todos para prevenir y reducir el riesgo de contagio. Los hospitales de Colombia necesitan el apoyo de todos para evitar que sigamos creciendo en este nivel de contagio».