Sin duda, las vacunas contra la COVID-19 han sido la mejor decisión de salud pública tomada en el mundo. Con ella, aplicada en masa y a la mayor cantidad de personas posibles, los efectos graves de la nueva enfermedad y la cantidad de muertes disminuyen significativamente, pero, así como ocurre con otras enfermedades, no son una garantía a la supervivencia.
Varios expertos consultados por Noticias Caracol y por Revista Semana coinciden en que, aunque es muy bajo el riesgo de complicarse y morir con la administración del esquema completo de vacunas, y es algo poco frecuente, pero sí puede ocurrir. La importancia de aplicarse el biológico radica en que se reduce la posibilidad de morir por el virus, pero seguirse cuidando resulta determinante.
Explican que la probabilidad de entrar a una UCI por COVID-19 sin haberse vacunado es del 15 %. Si el paciente se aplicó el biológico, y este cuenta con una efectividad de un 80 %, la posibilidad de tener que ser ingresado a UCI se reduce a un 3 %. Las estadísticas varían de acuerdo con la efectividad demostrada por cada antídoto, pero todos los aprobados hasta ahora por los centros reguladores más importantes del mundo demuestran disminución en los riesgos de complicaciones y muertes.
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«Es importante recordar que las vacunas no hacen magia. Disminuyen la probabilidad de contagio y también disminuyen la probabilidad de hacer formas severas de la enfermedad. La disminución de esta es importante y significativa, pero no elimina totalmente el riesgo».
Declaraciones de Christian Pallares, médico epidemiólogo, para Noticias Caracol.
Todos quienes conocen sobre el comportamiento de la COVID-19 aseguran que cuidarse aún sigue siendo determinante. Aún más en este momento en el que, por el surgimiento de nuevas variantes, se desconocen muchas cosas sobre los efectos de las vacunas.
Recuerdan que, con esta enfermedad, que surgió a finales de 2019, son muchas las cosas que se están aprendiendo, descubriendo y desarrollando y muchas más las que quedan por descubrir.
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Podría pasar, y es la teoría que manejan muchos profesionales de la salud e investigadores, que la COVID-19 se convierta en una enfermedad endémica y las vacunas deban ser actualizadas con cierta periodicidad, según las variantes que surjan.
Lo cierto es que las medidas no farmacológicas de prevención siguen siendo importantes para controlar los contagios y muertes: lavado de manos constante y adecuado, uso de tapabocas y distanciamiento social.
Las reuniones en lugares cerrados no son recomendadas, tampoco lo es ampliar el círculo de relacionamiento ni quitarse el tapabocas durante encuentros en casas o sitios poco ventilados. Compartir en restaurantes sigue siendo una práctica riesgosa.
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A pesar de que la vacunación en Colombia ya suma más de 19 millones de personas, y más de siete millones con esquema completo, el país atraviesa por el tercer pico epidemiológico; el más complejo hasta ahora y el que tiene colapsados los sistemas sanitarios del país.