Varios países del mundo tienen su propósito para este 2020: crear la vacuna que contrarreste el acelerado contagio del Covid-19, a objeto de bajar los índices de mortalidad, retornar a la normalidad social y recuperar la economía. Sin embargo, la creación de una vacuna es un proceso complejo, que implica- ante todo- tiempo.
A finales de abril La Universidad de Oxford anunció que comenzó a hacer las pruebas en humanos de una vacuna desarrollada en sus laboratorios. Las probabilidades de éxito estimadas por los investigadores de la universidad alcanzan el 80%. Ante la advertencia hecha por la Organización Mundial de la Salud al respecto de que la existencia de una vacuna sería la única salida y recuperación de la normalidad en el mundo, los investigadores trabajan por lograr la efectividad del experimento y poder tenerlo disponible para su comercialización a finales de este año.
El ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, asegura, por su parte, que sólo la etapa exploratoria en la creación de una vacuna requiere de, al menos, dos años.
El mundo sabe que no hay tiempo y los esfuerzos científicos, gubernamentales y empresariales se encuentran enfocados en un mismo objetivo.
La directora encargada de Promoción y Prevención del Ministerio de Salud y Protección Social, Claudia Milena Cuéllar, explicó que la elaboración de una vacuna para cualquier tipo de enfermedad requiere un trabajo conjunto entre diferentes sectores, las cuales están involucrados en la creación y testeo del experimento. En casos de pandemia se priorizan y agilizan los procesos. Las fases se acortan y se adaptan a los tiempos que se requieren para dar una respuesta lo más pronto posible.
«Para poder desarrollar una vacuna hay que seguir una serie de pasos, a este proceso se le llama Fases y van desde la exploración, realización de cultivos, pruebas, estudios en animales y humanos, hasta poder tener el resultado final como vacuna efectiva y comprobada».
Las etapas son las siguientes:
- La primera etapa es la de exploración, dura de 2 a 4 años y los avances llegan a una etapa preclínica, en la cual se usan sistemas de cultivos de tejidos o de células y pruebas en animales para evaluar la seguridad de la vacuna candidata y su capacidad inmunogénica (o capacidad de provocar una respuesta inmunológica).
“A menudo las etapas preclínicas duran de 1 a 2 años y por lo general involucran a investigadores de la industria privada. - La segunda fase consiste en las pruebas que se realizan a grupos de personas en riesgo de contraer la enfermedad. Con ensayos aleatorios y controlados se busca estudiar la vacuna candidata en cuanto a su seguridad, capacidad inmunogénica, dosis propuestas, programa de vacunación y método de aplicación. «Esta etapa de estudios clínicos con humanos involucra a un pequeño grupo de adultos entre 20 a 80 años de edad y en este grupo se evalúa la seguridad de la vacuna y se determina el alcance de la respuesta inmunológica que provoca».
- Para la tercera fase se realizan una serie de pruebas aleatorias donde finalmente se determina, a través de un cuestionario, el origen de la vacuna y la efectividad.
La eficacia de la vacuna también se prueba y puede incluir los siguientes factores:
1) ¿Previene la enfermedad?
2) ¿Previene la infección por el patógeno?
3) ¿Conduce a la producción de anticuerpos u otros tipos de respuestas inmunológicas relacionadas con el patógeno? ¿Cuál es el perfil de seguridad del biológico en estudio cuando es aplicado a muchas personas y de diferentes grupos de edad?
Después de tener éxito en todo este proceso, explica Claudia Cuéllar, el creador de la vacuna enviará una solicitud de autorización oficial para productos biológicos. Luego de emitir la autorización, se vigilará la producción de la vacuna- incluyendo las instalaciones de inspección- y se revisarán las pruebas que hace el fabricante a lotes de vacunas en cuanto a capacidad para obtener el efecto deseado, seguridad y pureza.
“La creación de una vacuna puede llegar a demorar entre 10 y 15 años”, sentenció.
Importante testeo
La farmacéutica Pfizer la semana pasada comenzó a probar cuatro versiones de una vacuna experimental contra el nuevo coronavirus en jóvenes sanos en Estados Unidos. Es el primer paso para determinar, lo que han considerado, la seguridad, la inmunogenicidad y el nivel de dosis óptimo para cada tipo de candidato en un único estudio continuo que forma parte de un programa de desarrollo global, que inició en Alemania.
Se trata de un diseño de prueba inusual debido a la urgente necesidad de encontrar una vacuna contra el Covid-19. Por lo general, las empresas pasan años experimentando con animales y, tras ello, seleccionan a un único candidato para someterlo a pruebas. No obstante, el fabricante ha decidido crear un ensayo flexible para poder encontrar rápidamente la mejor opción.
Los anticuerpos resultan ser otra alternativa
En la búsqueda de una alternativa que ayuda al mundo a combatir el nuevo coronavirus, algunos investigadores han estudiado el desarrollo de anticuerpos como alternativa terapéutica contra la enfermedad.
Se trata de moléculas diseñadas y producidas en laboratorio que buscan reconocer y unirse de manera específica a estructuras –que en este caso corresponden a partes vitales del virus– bloquearlas o impedir su funcionamiento y con esto destruir el virus impidiéndole que se reproduzca. Estos imitan a los que produce naturalmente el sistema de defensas del cuerpo para atacar sustancias invasoras como las bacterias y los virus.
Según informó la revista Nature Communications, los estudios logran identificar un anticuerpo monoclonal humano que impide que el SARS-CoV-2 pueda infectar células cultivadas, lo que supone el primer paso para desarrollar un tratamiento contra la enfermedad.
Con este descubrimiento, a cargo de investigadores de la Universidad de Utrecht, el Erasmus Medical Center y el Harbour BioMed (HBM), los científicos confían en que ayude a desarrollar anticuerpos humanos para tratar o prevenir la enfermedad respiratoria que se ha convertido en pandemia según la OMS.